Por René Gutiérrez G.
Actualmente en la
Casa del Indigente Santísima Trinidad viven de sus recuerdos once personas, 7
de las cuales la tienen como su hogar y cuatro de ellas, salen de día a hacer
su vida, pero regresan por la noche a dormir donde además de un buen colchón,
también tienen una cena bastante agradable.
Así se expresó el
presidente del patronato de esta casa humanitaria ingeniero Adolfo Sevilla Peña
quien para todas estas personas siempre tiene una sonrisa en los labios y un
buen consejo con pasajes bíblicos que en ocasiones, hacen a los que habitan
esta casa del indigente, orar devotamente por ellos mismos y por sus familiares
a quienes hace muchos años, los abandonaron o ellos se alejaron de su casa y
lugar de origen.
Entre los que
habitan regularmente en ese templo caritativo, está una persona que en su
juventud, era auxiliar de camionero que venían a la frontera desde su tierra
natal Gutiérrez Zamora en el Estado de Veracruz, para vender bloques térmicos,
pero en uno de esos viajes, su compañero lo dejó abandonado por el rumbo de
Argüelles, Tamaulipas, argumentando el conductor del camión, que sus
extremidades inferiores lo descontrolaban y no podía estar de pie, mucho menos
caminar.
Su nombre
Norberto Romero y habita la casa del indigente desde hace aproximadamente 3
meses en que su compañero lo abandonó muy cerca de Reynosa, pero en aquel lugar
se aficionó a las bebidas embriagantes y se quedaba dormido donde se le hacía
de noche, pero asegura que gentes piadosas le daban algo de comer, hasta que lo
trajeron a este lugar donde dice estar muy conforme y a la encargada del lugar,
“Doña Juanita”, la trata como si fuera su madre, aunque Norberto tenga
actualmente 73 años.
Recuerda que
tiene una hermana menor que él de la que nada sabe y conla que perdió
comunicación, porque no recuerda nada de ella y en tono triste, dice que ni sus
primos, sobrinos y demás familiares, nada quieren saber de él, porque ni lo
buscan, ni se preocupan, pero en esta casa, está muy conforme y contento y no
quisiera irse de este lugar porque al hacerlo, volvería a sufrir.
Los residentes de
la casa del indigente dice Doña Juanita, que tiene un año de voluntaria en este
lugar, pero que no se aburre, porque le gusta convivir con estas personas a las
que quiere como de la familia y ella, les sirve de comer, comida que donan
gentes altruistas, además, ayuda a los doctores que van a este albergue a
visitar a los indigentes para brindarles consultas médicas y medicinas.
Pie de foto
El es Norberto Romero y vive en este albergue
aproximadamente desde 3 meses atrás, el es originario de Gutiérrez Zamora,
Veracruz, pero asegura estar contento en este lugar de la Casa del Inmigrante
Santísima Trinidad.
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