Por René Gutiérrez G.
Valle del Norte
se acercó a uno de los pocos trabajadores de la antigua estación del
ferrocarril, pero quiso pasar de inadvertido y simplemente dijo se apellidaba
Vargas y en su tiempo, fue el telegrafista del olvidado tren de pasajeros que
hacía recorridos de Reynosa a Matamoros y de esta ciudad (Reynosa) a la de
Monterrey, Nuevo León, algunos cuenta de la Sultana, viajaban a otras regiones
de México.
Ahora mire usted en lo que se ha convertido
mi antiguo centro de trabajo, en nido de malvivientes y personas que la ocupan
para pasar la noche y en su interior, está llena de desechos orgánicos que
dejan los que la usan para ese efecto, en ciertas ocasiones, también es
utilizada como bodega para guardar los libros de texto que se entregan a las
escuelas, pero lo más triste, es ver el abandono en que se encuentra.
“Yo trabaje aquí,
casi toda mi vida como telegrafista, jamás me quejé, me gustaba el trabajo, y
ahora, no recibo nada de ello, sólo una cantidad muy pequeña como pensión que
me otorga el gobierno, pero nada más”, y al cuestionarlo sobre si tuvieron
alguna liquidación por sus años de trabajo, simplemente dijo, “nos avisaron que
el tren de pasajeros ya no iba a trabajar y fue todo” y agrega, “no creo que
esos tiempos vuelvan”.
Pie de foto
La antigua estación del ferrocarril luce triste y abandonada
y por las noches, entran gentes de no bien vivir a satisfacer sus necesidades
fisiológicas, es muy triste, dijo un antiguo telegrafista del ferrocarril.
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