Menor asesinada y descuartizada

Los hechos fueron en la Jarachina Norte

Texto René Gutiérrez G.

Fotos José Mario Aguillón G.

Con saña inaudita fue asesinada una joven mujer de 17 años, la que el maldito asesino le cortó su cuerpo en dos, la desmembró y luego tiró la mitad de su cuerpo en un tinaco y sus demás miembros los aventó hacia el solar contiguo a la residencia de la joven donde vivía al lado de su madre.

Fue identificada con el nombre de Melina Mendoza Meza de 17 años de edad y domicilio en calle Violeta número 123 de la colonia Jarachina Norte, y la persona que notificó los generales, dijo a las autoridades llamarse Miriam Mendoza Meza de 29 años con el mismo domicilio y que la joven muerta era su sobrina.

El agente del ministerio público investigador, Licenciado Rubén Arredondo fue avisado de este criminal hecho alrededor de las seis de la tarde y al hacer presencia en el lugar indicado junto a agentes de la policía ministerial del estado y de criminólogos de técnicas de campo, se estremecieron al ver la saña en que la joven mujer, había sido asesinada.

La señora Miriam Mendoza al denunciar los hechos, mostró a estas autoridades el tinaco donde en el interior del mismo se advertía la mitad de la cintura para debajo de la joven, sin los pies claro está, la otra mitad junto con los brazos y pies, estaban tirados en un solar baldío contiguo a la vivienda de la joven liquidada.

Ahí mismo, el fiscal ordenó levantar los restos del cuerpo y juntarlos para dar fe ministerial, ordenando después que fueran trasladados a la morgue, para la autopsia de ley.

En las primeras pesquisas que realizaron agentes de la PME bajo el mando del comandante Gilberto Lerma Plata y de Gerardo Treviño jefe del grupo de homicidios, conocieron, que el homicida podría ser Salvador Guerra Favela de 40 años de edad al que vieron huir en una bicicleta, ahondando más en su persona, que había sido amante de la madre de la joven cruelmente victimada, misma que se encontraba fuera de la ciudad y probablemente por venganza hacia la madre, había sacrificado a la hija.