Por René Gutiérrez G.
La tradición del “Día de Muertos” está más arraigada que
nunca entre nosotros los mexicanos a pesar de la comercialización y festejos anglosajones
llevados a cabo en la Unión Americana, muy cercana a nosotros los fronterizos,
pero a pesar de ello, el dos de noviembre está más cerca que nunca en nuestras
vidas.
Tanto el primero como el dos de noviembre
todos los mexicanos acudimos a las sepulturas para recordar a nuestros
familiares que se han ido a un mundo inmaterial, pero sobre todo a convivir y a
recordar anécdotas que vivimos con ellos a través del tiempo que estuvimos
juntos en esta tierra.
Las autoridades encargadas de los
panteones municipales y privados estuvieron al pendiente de la avalancha de
personas que acu dieron a llevarles ofrendas florales a sus seres queridos,
sobre todo acordonando tumbas abiertas para salvaguardar la integridad de los
visitantes.
En otro orden de ideas, las mismas
autoridades se encargaron de mandar limpiar de maleza las tumbas, por lo tanto
todo el terreno de los camposantos y lápidas tienen el debido mantenimiento,
para asegurar una vista sin tropiezos a los visitantes.
Otro bienestar que recibieron los
visitantes a estos terrenos fue el que hicieron representantes de la
Procuraduría Federal del Consumidor, quienes se encargaron de hacer respetar
los precios oficiales de los arreglos florales, porque como todos sabemos, los
propietarios de florerías tienden a subir los costos a estos artículos tan
necesarios en estos días los cuales, son depositadas en las tumbas donde
descansan los restos de nuestros seres queridos. Sigue viva tradición del día de muertos
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